En una industria como la seguridad, donde priman la disciplina, los protocolos y la vigilancia, cultivar un orgullo genuino por el propio trabajo puede marcar la diferencia entre una rutina mecánica y un desempeño con propósito. Cuando los guardias sienten que forman parte de una misión significativa —más allá de un simple empleo— proyectan confianza, responsabilidad y compromiso que elevan la experiencia de quienes protegen.
Contexto chileno: indicadores sobre orgullo, satisfacción y compromiso
- Satisfacción laboral en descenso: En 2024, solo el 59 % de los trabajadores en Chile reportó estar satisfecho con su empleo, una caída notable frente a 2022. Factores clave en juego: percepciones sobre la remuneración, oportunidades de desarrollo y flexibilidad laboral.
- Compromiso laboral en aumento: Según el informe “People at Work 2025” de ADP Research, a nivel global el compromiso alcanzó un récord del 19 %, y en Chile los trabajadores híbridos presentan un nivel de compromiso del 25 %, muy por sobre los remotos (16 %). Además, quienes sienten pertenecer a un equipo de alto desempeño tienen un compromiso del 52 %, frente apenas al 10 % de quienes no lo perciben así.
- Inclusión como base del orgullo: El 60 % de los trabajadores chilenos oculta aspectos de su identidad en el trabajo; entre la Generación Z esta cifra alcanza el 70 %. Esta falta de autenticidad afecta motivación y productividad, e incluso lleva al 15 % a renunciar.
Casos y reflexiones para inspirar orgullo en el personal de seguridad
a) Construir un sentido de misión compartida
Mostrar cómo el trabajo de los guardias impacta positivamente: protegen personas, bienes y comunidades con dedicación. Incorporar historias reales —por ejemplo, intervenciones exitosas o reconocimientos ciudadanos— refuerza el sentido de propósito.
b) Fortalecer los vínculos de equipo
El compromiso aumenta notablemente cuando las personas se sienten parte de un equipo sólido. En seguridad, estimular el compañerismo, las ceremonias de reconocimiento y trabajos en conjunto genera un clima de orgullo colectivo, como lo evidencian los datos de ADP.
c) Promover un entorno inclusivo y seguro
Que cada guardia pueda ser auténtico sin miedo mejora su bienestar emocional —y eso implica orgullo. Además, la Ley Karin (contra el acoso laboral) ha impulsado la implementación de protocolos en empresas grandes (91,2 %), aunque en microempresas solo alcanza al 45 %, lo que evidencia la necesidad de expandir espacios seguros.
d) Alinear bienestar y desarrollo con orgullo
Capacitaciones, retroalimentación constante y reconocimiento del esfuerzo son recursos laborales que elevan orgullo y compromiso. Asimismo, ofrecer formación específica en seguridad, salud emocional o liderazgo, refuerza el sentido de crecimiento profesional.
e) Humanizar el liderazgo
Líderes que reconocen, escuchan y actúan con empatía inspiran orgullo. Ese estilo de liderazgo empoderador y respetuoso fortalece la dignidad profesional, algo especialmente significativo en la seguridad, donde la presión es constante.
En conclusión…
En seguridad, el orgullo laboral no es un lujo: es una estrategia fundamental. Cuando los guardias sienten que su trabajo importa, lo asumen con compromiso, empatía y profesionalismo. Invertir en sentido, inclusión, desarrollo y relaciones humanas multiplica el impacto de quienes guardan nuestra seguridad.

